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Siempre me ha llamado la atención el nombre en plural de este tipo de elaboración que tan tradicional es de nuestra gastronomía y cuyas variantes son muchas y están repartidas por toda la geografía del país. En mi casa las sopas de ajo se hacen con jamón y huevo y el pan se rompe con un poco de ayuda. Así lo aprendí de mi madre, ella de la suya y así generación tras generación.

Las sopas de ajo con jamón y huevo es un plato humilde que se prepara con ingredientes básicos y económicos. El resultado es tremendamente sabroso, pero es esencial usar un buen fondo o caldo. Mejor si es casero, aunque en el mercado los hay muy buenos también y son geniales para unas prisas. Sea como fuere, nuestra recomendación es que no escatiméis en calidad. Vuestro paladar os lo agradecerá.

Ingredientes para cuatro o cinco raciones

8 dientes de ajo, 200 g de jamón serrano, 1 cucharada de pimentón dulce, 1 hoja de laurel, 10 rebanadas finas de pan duro, 1-1.2 litros de caldo de carne, 4-5 huevos (claras y yemas separadas) y aceite de oliva virgen extra.
Cómo hacer sopas de ajo con jamón

Pelamos los ajos y los pasamos por un prensa-ajos o los picamos finamente. Calentamos el aceite en una cazuela amplia y pochamos el ajo a fuego suave, cuidando que no se dore o amargará el resultado final. Mientras el ajo se pocha, rebanamos el pan y cortamos el jamón serrano en pequeños dados.

Agregamos el jamón a la cazuela, junto con la hoja de laurel, y lo salteamos durante un par de minutos. A continuación espolvoreamos el pimentón por encima y removemos (ojo, que no se queme). Inmediatamente después colocamos las rebanadas de pan por toda la superficie y regamos con el caldo de carne. Subimos el fuego para arrancar de nuevo el hervor, pero lo bajamos en cuanto esto ocurra.

Tapamos la cazuela y dejamos cocer a fuego suave durante 10 minutos. Removemos para romper las rebanadas de pan, que ya estarán bien empapadas en caldo. Agregamos las claras de los huevos y removemos al tiempo que se cuajan durante dos o tres minutos. Apartamos del fuego, incorporamos las yemas, tapamos la cazuela y dejamos reposar las sopas cinco minutos antes de servir.

Degustación

Las sopas de ajo con jamón y huevo son un plato contundente y constituyen una comida por si solas. Estupendas para el mediodía, sobre todo para esos días en los que necesitamos entonar el cuerpo que es cuando entran de maravilla. La textura suave y melosa del pan empapado en caldo contrasta con los tropezones de jamón, lo que hace de cada cucharada un placer en boca.

Fuente: Directo al paladar / CARMEN TÍA ALIA

 

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